Herederos de Still


Pierre Tricot D.O.
Traducido por Juan Bañuls DO MRO(E)

Comencé mi formación en osteopatía en 1971, pero es solo en la segunda mitad de los años 1990 cuando me encontré verdaderamente con Still, gracias a la lectura (o más exactamente a los intentos de lectura), y después a la traducción de Autobiographie (Autobiografía) y de Philosophie de l'ostéopathie (Filosofía de la osteopatía). Este encuentro, fue para mí un verdadero choc...

Según lo que había oído (y recordaba) de lo que me habían dicho respecto a Still, esperaba aburrirme firmemente con la lectura de ideas y tesis ampliamente sobrepasadas. Sin embargo, aunque lo reconozco con mucho gusto, sus escritos estén marcados por la edad, son difíciles de leer (puesto que están escritos por un hombre que seguramente no era un gran literato), emana de ellos un soplo extraordinario, el espíritu de la osteopatía tal como Still la concebía, la vivía y quería transmitirla.

Y al mismo tiempo que descubría esto, entendí que desde el principio del desarrollo de la osteopatía en Francia, estábamos cortados de sus raíces y que recibíamos y transmitíamos una osteopatía « sin soplo ».

Esto se ha visto considerablemente agravado por la sed de reconocimiento que ha llevado a los osteópatas a querer aparentar « ser científicos » para poder gozar del favor de los poseedores del poder de reconocimiento y a intentar reducir lo más posible los otros aspectos (a pesar de ser esenciales) de la osteopatía y principalmente los aspectos filosóficos, por no decir espirituales (no digo religiosos, digo espiritual, lo que es muy diferente).

Desde entonces, he deseado ardientemente ayudar a aquellos que lo deseaban (esto no se podría imponer) a restablecer este vinculo con su fuente. Es lo que motivó mi implicación con la Académie d'Ostéopathie de France (Academia de Osteopatía de Francia) en 1998, la traducción de los textos de Still, la creación de la revista Apostill, con los seis primeros números que fueron dedicados a reanudar este vinculo.

Desafortunadamente, el poco interés y el escaso apoyo encontrados para este proyecto por parte de las instancias dirigentes, me llevó a dejar dichas funciones y a proseguir con mis medios la idea tan preciada para mí. También es uno de los objetivos principales de esta Web : ayudar a reencontrarnos con nuestras fuentes.

pdf button Los Estorbos

Pierre Tricot
Traducido por Juan Bañuls Puig y Miguel Hernández

Estar bien integrado en una sociedad profundamente enferma,
no es prueba de buena salud.
Krishnamurti

El día en el que los basureros recogen todo lo que no puede contener el contenedor de basura estándar, y que se ha depositado en la acera para deshacerse de ello, se llama, en nuestra región, el día de los estorbos[1]. ¿Qué es lo que justifica la asociación de los estorbos y de la osteopatía? Pues bien, Querido Lector, el hecho de que los osteópatas - también ellos -, tienen sus propios estorbos. Quiero hablar de Still, Sutherland y, en menor medida, Littlejohn y algunos otros. Y ¿por qué, Dios santo, Still y Sutherland se han convertido en unos inoportunos? Probablemente las  razones para ello sean diversas, pero todas convergen en hacer que, hoy en día, ya no deseemos valernos de la recomendación de ellos, ni exhibirlos. Durante mucho tiempo, nuestros Ancianos no nos han puesto en ningún aprieto: eran inaccesibles. Sus libros eran difíciles de encontrar y, por añadidura, estaban escritos en inglés. Se los utilizaba para las necesidades de la causa del momento, en particular, citándolos. Citas, por lo general, sacadas de las primeras páginas, alteradas a menudo y casi nunca referenciadas; o bien sacadas de textos de otros autores americanos… Así, se podía hacer que dijesen poco más o menos lo que se quisiese. Eran útiles y no nos molestaban. De ensueño.

Pero he aquí que a algunos se les ocurrió la idea peregrina de traducir esos textos y ponerlos al alcance de todos. De repente resulta que, ¡Still y Sutherland devinieron en bien embarazosos! En especial, se les reprocha el estar obsoletos, anticuados, el haberse volcado demasiado en lo esotérico y lo espiritual. Total, que nuestros Ancestros no son presentables. Como se dice oficialmente, desentonan. Hablando claro, nos chocan, causan mala impresión. Hay que decir que Still no fue un hombre razonable, tampoco. Para empezar, en sus escritos, con no menos de 300 evocaciones a Dios y a lo divino en su Autobiografía. Además, parece que haya hecho adrede el ir a escudriñar en todos los ámbitos posibles e imaginables, con preferencia, en los menos recomendables: frenología, magnetismo, espiritismo, etc.[2] Algunos afirman incluso que era francmasón[3]. Hay que decir que llamar al Creador, el Gran Arquitecto, es un poco llamativo. Incluso los hay que pretenden que fuese acupuntor[4]. Dios gracias, en su época, Moon y Hubbard no habían nacido, si no, habría sido bien capaz de meter las narices en la iglesia de la Unificación[5] y en la Cienciología[6]… Sutherland no le va a la zaga: también él menciona a menudo la Biblia y el Creador. Además, inventa unas cosas imposibles como la «luz líquida», o habla de «transmutación», de «Aliento de Vida». Hoy en día, ¿qué queréis que hagamos con eso? El más presentable sigue siendo Littlejohn - en sus escritos, en todo caso (según me han dicho, John Wernham tuvo cuidado en que fuese así).

Es verdad que nuestros detractores no se andan con chiquitas, tal es el caso del psiquiatra Jean-Marie Abgrall, quien, en su libro Les Charlatans de la santé[7], clasifica la mayoría de las prácticas no oficiales y, por tanto, a la osteopatía, como las «pata-medicinas» - término escogido como alternativo para charlatanería - y no titubea en tratar a los pacientes que recurren a ellas como «gogos extáticos»[8]. Visto el número de personas que utilizan dichas prácticas, esto tiende hacia la pretensión de que el mundo está verdaderamente poblado de chiflados. Por suerte, los psiquiatras están ahí… Frente a una arrogancia semejante, es, evidentemente, tentador jugar en «perfil bajo» y, sobre todo, no decir nada o mostrar lo que podría irritar a la autoridad. Es lo que hacen nuestras asociaciones socio-profesionales en sus folletos de presentación de la osteopatía. La mayoría de las veces, el origen de la osteopatía no se evoca, tampoco lo son, claro está, Still, Sutherland, o Littlejohn. ¿Y qué podemos decir de las escuelas que presuntamente enseñan la osteopatía? A estudiantes de final de ciclo, durante seminarios de post-grado, les pregunto: « ¿Quién ha leído Autobiografía? », ¿Quién ha leído Filosofía de la osteopatía?», ¿Quién conoce la historia de Sutherland?». Estoy aterrado al ver las pocas manos que se levantan, siquiera se levanta alguna…

¿Por qué los osteópatas tratan desesperadamente de cortarse de sus raíces, por el motivo más o menos confesable (más bien menos que más) de que éstas no son presentables? ¿Nos hemos hecho, pues, tan pequeños, que ya no somos capaces de discernir la grandeza de nuestros maestros, hasta el punto de tener vergüenza de ellos y de no osar ya el evocarlos, de ignorarlos, de ni tan solo atrevernos ya a decir quiénes somos y sobre qué fundamentamos nuestra práctica? Sin embargo, al examinar la manera en la que actuaron aquellos Ancianos, nos percatamos de que su comportamiento fue bien otro: osaron afirmar lo que eran y lo que pensaban, sin aceptar nunca concesión alguna en relación a lo que estimaban esencial: su filosofía. ¿Hay otra manera de existir que aquella en la que uno es verdaderamente? Eso se llama integridad, y debéis tomar buena nota de que no he escrito «integrismo». Es más, ¿qué tenemos para oponer a nuestros detractores, si no es la filosofía que procura el fundamento de la osteopatía? Los osteópatas desperdician un tiempo y una energía considerables en no ser lo que son y en parecer lo que no son. Al evocar este problema, una frase de Still me viene al recuerdo: «No tengáis miedo de los enemigos que han atacado cada progreso que hemos acometido. No pueden dañarnos, sus golpes no son más que bendiciones enmascaradas. Nuestro mayor peligro, el único que, de hecho, puede amenazar el futuro de la osteopatía, reside en los errores de aquellos que pretenden ser nuestros amigos»[9].

Unirse a la fuente

En estos difíciles tiempos para la osteopatía, me parece esencial despertar o volver a despertar nuestras consciencias quiescentes de osteópatas y brindar los elementos de la manera más apropiada posible, que permitan a cada uno decidir qué osteópata quiere ser y qué osteopatía desea practicar y ver reconocida. Obviamente, eso no puede hacerse desembarazándonos de nuestros ancestros, sino respetándolos e intentando analizar su mensaje esencial para actualizarlo del mejor modo. He ahí uno de mis objetivos esenciales cuando traduzco a Still y me propongo darlo a conocer. Traducción y lectura de Still permiten la unión a la fuente, lo que por varios motivos me parece esencial actualmente. Fundador de la osteopatía, Still representa nuestra fuente común. Su filosofía es nuestro punto común esencial, sobre el cual todos los osteópatas, a pesar de sus diferentes formaciones, personalidades y prácticas, pueden encontrar verdaderos puntos de acuerdo.

La transmisión de la filosofía de la osteopatía siempre ha constituido una preocupación mayor para Still. Ahora bien, a cada transmisión, un concepto es alterado, por aquel que lo transmite, como por el que lo recibe. Multiplicando los intermediarios, multiplicamos las alteraciones y la osteopatía francesa sufre cruelmente de este fenómeno. La referencia a la fuente de un saber o de un concepto reduce considerablemente este escollo puesto que no induce más que una alteración para cada persona que se refiere a ella. Aquí, la traducción puede constituir una alteración suplementaria que he intentado minimizar al máximo. Por otra parte, la filosofía de Still es profundamente naturalista. Respeta particularmente el hombre y la vida. En cien años, lo esencial del hombre vivo no ha cambiado. Únicamente las interpretaciones o las explicaciones que damos de ello han cambiado, a la luz de los descubrimientos de la ciencia y de la medicina, de modo que el enfoque osteopático sigue siendo hoy en día tan verídico y aplicable como hace cien años. ¿ Y donde encontrarla más conforme a Still que en sus mismos escritos ?

Y encontrar un fulcro

Los recientes acontecimientos que conciernen a la publicación de los decretos que reglamentan la profesión, las limitaciones del ejercicio profesional, el bajo nivel de exigencia en la formación de los osteópatas y por último, la inquietante proliferación de las escuelas de osteopatía, y por tanto, a corto plazo, de los osteópatas que saldrán de ellas titulados, nos dejan expectantes y preocupados en cuanto a nuestro futuro profesional y al porvenir de la osteopatía. Si contamos con los responsables políticos, las organizaciones profesionales, los directores de las escuelas, tenemos motivos suficientes para estar preocupados : la historia demuestra claramente que en ningún caso se puede contar con ellos. Sus intereses no son los nuestros.

Sin embargo, la osteopatía ya ha atravesado múltiples crisis en distintos países y sigue existiendo todavía, simplemente porque continúa siendo practicada, con éxito por osteópatas, sea cual sea su modo de reconocimiento (o de no reconocimiento). Entonces finalmente, es seguramente entre las manos de los mismos osteópatas donde reposa la osteopatía y que, a pesar de lo que se pretende a menudo, es ahí donde está más segura. No obstante, con la condición de que los osteópatas conozcan la filosofía de la osteopatía – su fulcro -, y consigan permanecer centrados sobre él.

Fulcrum o fulcro. Esta palabra, emblemática de la osteopatía, significa « punto de apoyo ». Dice bien lo que quiere decir. Evoca un centro, inmóvil y estable a partir del cual, alrededor del cual se mueven las cosas. La capacidad de mantener un punto de apoyo estable es la misma fuente de la potencia. Esto es verdad a nivel físico, mental y espiritual. Frente a la incomprensión, a la incompetencia de aquellos que pretenden regular nuestra profesión, es inútil gemir, blandir banderolas ni siquiera gritar eslóganes. Tenemos mejores cosas que hacer : centrémonos sobre nuestro fulcro y trabajemos, en el día a día a partir de este punto. No es espectacular, tampoco verdaderamente gratificante para el ego, pero sí particularmente eficaz. Mantengamos las esperanzas. Siempre existirán osteópatas centrados sobre su fulcro básico, Still y su filosofía, llevando bien alto el estandarte de la osteopatía y viviéndola, por respeto a sus fundamentos filosóficos y a su ética, verdaderas garantías de su eficacia y por tanto de su perpetuación. Recordemos a Fryette, un nombre importante de la osteopatía : « Atrévete a ser diferente. Muchos prefieren la ortodoxia a la verdad.» [10]


[1] Este texto retoma, casi integralmente, un editorial escrito para el nº 9 de la revista francesa Apostill, otoño 2001; más que nunca de actualidad.

[2] Trowbridge, Carol. 1999. La Naissance de l’ostéopathie. Vie et oeuvre Abd’Andrew Taylor Still. Trad. par J.-H. Francès et Pierre Tricot. Publié Absous l’égide de l’Académie d’ostéopathie de France. Vannes: Sully. (Ed. española: Andrew Taylor Still-1828-1917. Ed. John Wernham College Abof Classical Osteopathy, 2013).

[3] O. Auquier& P. Corriat. L’ostéopathie, comment ça marche? p. 40. Confirmado en  el sitio de la Gran Logia Nacional de Lutecia : http://www.glnf.fr/province/lutece/. 

[4] J-P. Amigues. Traité de clinique ostéopathique (Tratado de clínica osteopática), p.88.

[5] La Asociación del Espíritu Santo para la Unificación del Cristianismo Mundial o Unificacionismo, es un movimiento religioso fundado en Corea del Sur en 1954 por el ya fallecido Sun Myung Moon. Es más comúnmente conocido como la Iglesia de la Unificación. Las creencias de la Iglesia de la Unificación, supuestamente se basan en la Biblia y se explican en el texto El principio divino. La ceremonia de bendición de la Iglesia de la Unificación, una boda o renovación de votos matrimoniales, son  prácticas de la iglesia que han atraído la atención pública. La Iglesia de la Unificación mantiene la creencia en el espiritismo, que es la comunicación con los espíritus de personas fallecidas. La ceremonia de liberación de los antepasados es una ceremonia de la Iglesia de la Unificación que tiene por objeto permitir a los espíritus de los antepasados difuntos de los participantes, mejorar su situación en el mundo espiritual a través de la liberación, la educación y la bendición. Fuente: www.unifacion.org. (N d T).

[6] Cienciología: Doctrina religiosa desarrollada por el estadounidense Lafayette Ronald Hubbard en 1950 y difundida a través de una organización de carácter sectario, que busca la felicidad a través de la compresión de uno mismo y de los demás como seres espirituales (N d T).

[7] Abgrall, Jean-Marie. 1998. Les Charlatans de la santé (Los Charlatanes de la salud). Paris : Payot. ISBN :2-22889-194-0.

[8] Leer, sobre este asunto, el artículo de Alain A. Abehsera: Médicines alternatives, médicines conventionnelles, p.58. Aprovechamos la ocasión para recomendar su libro: Abehsera, Alain. 1986. Traité de médecine ostéopathique. Histoire et principes de l’ostéopathie à ses debuts. Édition Frison-Roche. (Ed. española: Tratado de medicina osteopática. Historia y principios de la osteopatía en sus inicios. Trad. Pablo González Núñez. Publicado por OMC sa. Charleroi. 2017.  ISBN: 978-84-617-7821-8) (N d T).

[9] A. Hildreth, The Lengthening Shadow of Dr. Still, p.211.

[10] H.H. Fryette, Principes des techniques ostéopathiques (Principios de las técnicas osteopáticas), p. 12. 

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